miércoles, 5 de diciembre de 2012

Juan Senís: "La inocencia prolongada"

 
 
 
 
La inocencia prolongada
 
 
La mañana en que Alberto, el chico más gallito de la clase, pregonó durante el recreo que los reyes eran los padres, Lourdes no se echó a llorar ni acudió a la maestra en busca de una negación, como el resto de sus compañeros. Fue a sentarse sonriente en un banco del patio y recordó embelesada, ungidos por una nueva luz que los volvía más reales, todos los juguetes que cada seis de enero habían aparecido sobre sus zapatos. Luego, se levantó y acudió adonde jugaban las chicas mayores, en busca de su hermana. Qué contenta se iba a poner cuando le contara que sus abuelos llevaban toda la vida mintiéndoles.
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario