Conservación de los recuerdos
Los famas para conservar sus recuerdos proceden a
embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y
señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado
contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes»,
o: «Frank Sinatra».
Los cronopios, en cambio, esos seres
desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres
gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician
con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los
escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas,
mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los
vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza
comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.
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