Impasibles
Ya no había soldados en la ciudad. Los tanques estaban
vacíos. Ningún avión sobrevolaba ya los edificios. Habían pasado varios días
desde que sonaron por última vez los antiaéreos. Sin duda, la paz había llegado
a aquel lugar. Y, sin embargo, nadie salió a la calle para celebrarlo. Todos
continuaron con sus rutinas, como si aquella última luz sobre el cielo no
hubiera conseguido mostrarles la esencia destilada del género humano.
Pues a lo mejor es que no tenía ninguna esencia, lo daban por sentado, y no tenñian ningun interés en averiguarlo por si mismos?
ResponderEliminarBesos, reflexiva entrada, un abrazo.