La mano de mi padre
Con
mi mano en la suya, él dijo: "ya tengo quien me cuide", forjando
entre nosotros una alianza indestructible.
La
cadena que me ató a mi padre no fue amable nunca. Tenía el color de la
preocupación, el peso de una responsabilidad ni deseada ni entendida. ¿Qué
esperaba de mí? ¿Qué tenía yo que hacer? Sostuve su mano mucho tiempo. Cuando
las dudas y el miedo me superaron, abrí los dedos y lo dejé ir...
Entonces,
pude ver mi mano, vacía para siempre.
Un texto tan hermoso ...!! lleno de ternura, lleno de dolor...
ResponderEliminarBesos del alma.
Este relato desgarra...
ResponderEliminarUn abrazo.
Besos¡