La conocí
La conocí en la playa, y al
poco estábamos sentados frente a frente en una pequeña pérgola de claridades y
bebidas gaseosas. Charlábamos de tal manera que por un momento temí haber agotado
el diccionario. Mas, un diccionario puede decirse cuantas veces se desee, y
volvimos a charlar, ahora con las palabras más hermosas y felices. Sin que lo
advirtiera empezó a oscurecer. Incluso el mar era una mancha de misterio
moviéndose en un horizonte dominante y lineal. Pensé tener una metáfora
luminosa para ofrecérsela; iba a hacerlo cuando descubrí que también ella había
anochecido, y que en la suavidad adolescente de su piel azul, los astros y
constelaciones brillaban de una forma única y, tomándola de la mano, preferí
hacerme cómplice del silencio.
Para Rafael, un inmenso abrazo de admiración, para Manuel otro, por saber elegir.
ResponderEliminarBESOS DEL ALMA.