Sommelier
Alza la copa y observa el contenido, de un color amarillo
intenso, brillante, con tonos dorados, parecido a la melena de Clara bajo el
sol del mediodía. La agita ligeramente y comprueba que casi no se perciben las
lágrimas en el cristal. Mejor así. Acerca la nariz y nota el aroma de frutas
blancas, como la pera, el albaricoque o aquella piel saliendo de la ducha.
También distingue unos toques florales, muy tenues, puede que rosa. Prueba un
poco y lo paladea. Dulce, como sus besos; ácido, como su humor; fresco, como su
sonrisa. Una vez engullido, descubre que el sabor es persistente, como el
recuerdo de la última discusión, y con un punto agrio, igual que una despedida
inesperada. Lanza la copa al suelo y se termina la botella de vino bebiendo a morro.
Muy bello, besos.
ResponderEliminarGracias por traer mi "Sommelier" a tu blog para que pueda echar una copa en buena compañía, Manuel. Un saludo.
ResponderEliminarBrindo por ti, Víctor.
ResponderEliminarESCANDALOSAMENTE HERMOSO !!! Para Víctor, el homenaje de mi admiración.
ResponderEliminarBesos del alma.
Levanto mi copa para brindar por ti, por algo hermoso, bello.
ResponderEliminarBesos