La niña que no estaba en ninguna parte
Dentro del
armario olía a alcanfor, a flores aplastadas, como ceniza en laminillas. A ropa
blanca y fría de invierno. Dentro del armario una caja guardaba zapatitos
rojos, con borla, de una niña. Al lado, entre papel de seda y naftalina, estaba
la muñeca, grandota, con mofletes abultados y duros, que no se podían besar. En
los ojos redondos, fijos, de vidrio azul, se reflejaba la lámpara, el techo, la
tapa de la caja y, en otro tiempo, las copas de los árboles del parque. La
muñeca, los zapatos, eran de la niña. Pero en aquella habitación no se la veía.
No estaba en el espejo, sobre la cómoda. Ni en la cara amarilla y arrugada, que
se miraba la lengua y se ponía bigudíes en la cabeza. La niña de aquella
habitación no había muerto, mas no estaba en ninguna parte.
¡BELLISIMO !!
ResponderEliminarBesos del alma
FELIZ DIA !!! :)