A qué tanto cuidar la casa
A qué tanto cuidar la casa,
regar las flores,
ponerles toldos a la luz del patio,
quitar el polvo de los espejos. Oye
latir la sangre general afuera,
abandona la mesa donde comes,
trepa por las columnas al tejado,
aráñate, hazte niño como entonces,
mira a lo lejos cuando estés arriba,
asume el horizonte.
Con el aire de todos
llénate los pulmones.
Alguien, que vive dentro
de la muerte del hombre,
quedará abajo. Inútil, mudo y pálido,
él regará tus flores.
regar las flores,
ponerles toldos a la luz del patio,
quitar el polvo de los espejos. Oye
latir la sangre general afuera,
abandona la mesa donde comes,
trepa por las columnas al tejado,
aráñate, hazte niño como entonces,
mira a lo lejos cuando estés arriba,
asume el horizonte.
Con el aire de todos
llénate los pulmones.
Alguien, que vive dentro
de la muerte del hombre,
quedará abajo. Inútil, mudo y pálido,
él regará tus flores.
Me gusta este poema. Dan ganas de trepar por los tejados :-)
ResponderEliminarUn saludo.