Señor
Señor,
usted no lo sabe
y sin embargo sus arrugas,
tersándome la mañana,
me han obligado a iniciar una huelga de novios
desde que lo conozco.
Y hoy
-mientras los dos nos mirábamos de reojo, cada uno
en un extremo de la barra-,
mi guedeja más anarquista
ha optado definitivamente por afiliarse a sus ojos
Mil gracias, Manuel, por descubrirme a esta Almudena: qué grande es, y qué libre. Maravillosa poesía libre.
ResponderEliminarAbrazo!
Fer