Los exploradores
Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para
descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la
caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda
un paquete con sus sándwiches preferidos (de queso). Los dos
cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran
cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del
cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón.
Agita la cuerda, y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan
afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal
violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso
cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caído justamente sobre las
fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y
lágrimas informa que los sándwiches son todos de jamón, que por más que mira y
mira entre los sándwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.
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