jueves, 10 de febrero de 2022

Vladimir Mayakovsky: "Lilichka"


 

 

 

 

LILICHKA

 

El humo del tabaco resquemó el aire.

El cuarto, un capítulo en el infierno kruchonijiano.
¿Te acuerdas?,
tras esa ventana,
por vez primera,
acaricié, frenético, tus manos.
Hoy estás
con el corazón acorazado.
Otro día más,
y me expulsarás abrumándome de injurias.
En la turbia antesala no acierta
con la manga la mano quebrada de temblor.
Huiré,
arrojaré el cuerpo a las calles.
Arisco,
enloqueceré
tajado de desesperación.
¿Para qué eso?,
querida,
piadosa,
déjame decirte ¡adiós!
Aunque no quieras
es mi amor
lastre que arrastrarás
adonde vayas.
Deja que llore en el último grito
el amargor del desaire.
El buey cansado de trabajar
va
y se tumba en las aguas frías.
Para mí
no hay otro mar que tu amor,
y tu amor no concede descanso.
Si quiere calma el elefante agotado
se acuesta majestuoso en la arena encendida.
Para mí
no hay otro sol que tu amor,
y yo no sé dónde estás, ni con quién.
Si atormentaran así a un poeta,
él,
por dinero, cambiaria a su amada y la fama,
pero a mí
no me alegra otro sonido
que el sonido de tu nombre entrañable.
No me arrojaré al patio,
no beberé veneno
ni podré apretar el gatillo en la sien.
En mí,
aparte de tu mirada,
no manda el filo de las navajas.
Olvidarás mañana
que te coroné,
que abrasé en el amor el alma florida,
y el carnaval agitado de los días vanos
aventará las páginas de mis libros.
Las hojas secas de mis palabras
¿te harán detenerte
y respirar con ansiedad?
Déjame
que con mi última ternura alfombre
tus pasos que se van.

 

(De  "Poemas 1913/16", Visor, Alberto Corazón, Editor, 1972)

 

 

 

martes, 8 de febrero de 2022

Vladimir Mayakovsky: "El poeta obrero"


 




EL POETA OBRERO

 

Gritan al poeta:
“quisiéramos verte al torno.
¿Los versos?
¡Bobadas!
Eso es para no dar el callo”.
Tal vez
para nosotros
el trabajo
es la tarea mas afín.
Yo también soy fábrica,
aunque sin chimeneas,
pero quizá
sin ellas
se pasa peor.
Sé–
odiáis la palabrería.

Talar el alcornoque es vuestro quehacer.
¿Y nosotros?
¿No somos ebanistas’
Transformamos el alcornoque de las cabezas humanas.
Sin duda,
pescar es cosa distinguida.
Sacar la red
y en ellas el pescado.

Pero el trabajo del poeta es más delicado:
pesca a gentes, que no a peces.
Enorme trabajo arder ante el horno,
el rojo hierro templar.
¿pero quién
nos tilda de holgazanes?
Con la lima de la lengua desbastamos los cerebros.
¿quién es mas—  poeta
o el perito
que al hombre el bien material?
Iguales.

El corazón es otro motor.
El alma es otro ingenio.
Somos parejos.
Compañeros, dentro de la masa obreras.
Proletarios de cuerpo o alma.
Sólo juntos
hermosearemos el mundo
y lo impulsaremos con himnos.
Pondremos un dique a los chorros verbales,
¡A la obra!
El trabajo es vivo y nuevo.
Y los oradores ociosos—
¡Al molino!
¡Con los molineros!
A girar las muelas con el torrente de las palabras.

 

 

(De "Poemas 1917/30", Visor, Alberto Corazón, Editor, 1973)