Abismos
Vivo entre dos abismos
La paciencia
del que ya anduvo tal vez demasiado
y se acoda en el puente
–única ceremonia de la tarde–
a ver pasar las aguas
Y la impaciencia enorme
del que quiere seguir a toda costa
pero sólo ve el raudal de insomnios
y del puente se lanza
a tu regazo.
La paciencia
del que ya anduvo tal vez demasiado
y se acoda en el puente
–única ceremonia de la tarde–
a ver pasar las aguas
Y la impaciencia enorme
del que quiere seguir a toda costa
pero sólo ve el raudal de insomnios
y del puente se lanza
a tu regazo.
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