MANOS DE NIÑO
¿Dónde están tus manos de niño?,
tus
pequeñas manos
que
olían a sudor fresco y a goma de borrar,
buscando
amoroso nido entre las mías
mientras
mi corazón hallaba abrigo entre las tuyas.
Tus
manos, como dos pájaros,
llenas
de alegres trinos
para
mis días tristes,
rodeando
mi cuello,
vistiendo
de domingo el almanaque.
Tus
manos, dulces apéndices,
pequeñas
hadas danzando en el aire,
iluminadas,
tocando
mi rostro,
llenando
de besos la estancia.
Miro
esas manos de hombre
que ya
no me pertenecen,
ajenas
a mí, extrañas,
donde
un día habitaron
esas
pequeñas manos de niño
que ya
nadie acariciará.
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