Peligro de extinción
Me gusta tu adicción a la soledad, ese rincón a la sombra donde
mascas tus problemas, te sinceras y lames tus heridas; me encanta que vayas
contracorriente, que quieras apurar el vaso de la vida y no pierdas el tiempo
hibernando como hacen los demás; y aunque le robe protagonismo a ese par de
pupilas verticales tan tuyas, me fascina el pozo de tus ojeras, repleto de
gritos de niños y deseos por cumplir. Lo que no soporto de ningún modo es que
ni disfrazado de bambú te fijes en mí.
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