Culpable
Tras estudiar fría y
metódicamente mi caso por un largo período reflexivo de catorce años, he
llegado a la más firme y convincente conclusión: ¡Soy culpable!. No sé
de qué, pero acepto la comodidad que proporciona sentirte culpable y no
estar en extrema lucha contra todo y todos.
Aún, después del
tiempo transcurrido, desconozco de qué se me acusa. La lógica procesal
exige que el fiscal informe sobre el acto delinquido, actuación que en
mi caso se ha omitido, pero esto no excusa que yo sea un reo
peligroso, antisocial y desaconsejable para la gente de bien, pues la
ignorancia no me exime de la responsabilidad que me cabe en la
realización del delito, ni puede –eso, menos aún- poner dudas sobre el
veredicto al que han llegado personajes tan nobles.
Se le acusa de haber nacido.
ResponderEliminarSaludos Manuel