La lentitud de los bueyes
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Nuestra quietud es dulce y azul y torturada en esta hora.
Todo es tan lento como el pasar de un buey sobre la nieve.
Todo tan blando como las bayas rojas del acebo.
Nuestro abandono es grande como la existencia, profundo como
el sabor de las frutas machacadas. Nuestro abandono no termina con el
cansancio.
No es un error la lentitud, ni habitan nuestra alma las
oquedades del conocimiento.
En algún zarzal lejano anida un pájaro de aceite que nace
con el día. Siento su sed granate algunas veces. Su abandono es tan dulce como
el nuestro.
BELLISIMA ENTRADA MANUEL !! ¡Me encantó !
ResponderEliminar¡FELIZ FIN DE SEMANA !!!
MUCHOS BESOS. :)