EL CORAZÓN
En cada
pecho hay un sol sepultado,
con su pulsación clandestina,
su madriguera de temblores
y una confesión de sobrevida
en los labios.
En cada pecho, una rotura,
un hueco
para alojar la verdad
que no soportarían los ojos:
el aleteo de un pájaro lacerado sostiene el mundo.
con su pulsación clandestina,
su madriguera de temblores
y una confesión de sobrevida
en los labios.
En cada pecho, una rotura,
un hueco
para alojar la verdad
que no soportarían los ojos:
el aleteo de un pájaro lacerado sostiene el mundo.
(De “Noche
sin clausura”, Ediciones Amargord, 2012)
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