Lo uno y lo múltiple
Creo que todo
empezó al aceptar el puesto
de vigilante nocturno. Mientras hacía la ronda de madrugada, pensé en mi mujer
y la imaginé dormida en mi lado del colchón. Fue tan fuerte la nostalgia de su
cuerpo que me desdoblé en otro yo apasionado que corrió a acurrucarse junto a
ella. Ahora no paro de escindirme, tengo varios clones repartidos por la ciudad
cumpliendo mis deseos. Uno incluso ha empezado Filosofía. Pero ayer, viendo el
telediario, creí reconocerme en el atracador que grabó la cámara de seguridad
del banco. Estoy preocupado, usted me comprende, ¿verdad? ¿Por qué me mira
así?.
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