EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS
No
nos trajo aquí promesa alguna de victoria.
Fuimos
pocos y resistir absurdo. No quisimos
redención
y no pactamos inciertas certidumbres.
Mas
seguimos defendiendo este vacío,
el
hueco femoral, la breve rosa.
Es
ya tarde para todo.
Se
encienden como siempre
las
antorchas, pero su luz no es nada
sobre
la vasta extensión adormecida.
Somos
pocos. Y débiles.
Y
el pánico nos forja.
Como
cristal en la nieve, caerán sobre nosotros,
y
cuando todo acabe maldecirán las piedras...
y
pasarán de largo...
y pasarán de largo
como
el agua que un día vimos sobre el río,
trepar
despavorida, absurda, a los tejados.
(De “Apuntes del natural”, Fundación José Manuel Lara, 2013)