lunes, 29 de julio de 2013

José Garés Crespo: "Et voilà... La Pitonisa en Bomarzo"







 ET VOILÀ... LA PITONISA EN BOMARZO

 

Se me fue el corazón con una mujer
porque le gusta el olor de cebada que mi pueblo tiene.

Sin-ichi-Isikaua

                                                    


 

Algunas veces, con lo que sobra al regreso de tus noches
y tus años, construyo inducidas obediencias
estrelladas de celos, pitonisa.
Recuerdo nuestros amores robados, en sombras.
Tú que eras la luz, la orilla y la vuelta,
qué bien fintaste cuando llegó el olvido,
hasta fermentar los mitos y crujir los hábitos.
Sin velas ni remos, el suave carmen de tus sueños,
las indecentes prácticas veladas, tu magisterio
y el inefable dorso de tu muslo, fueron mi derrota,
Abdiqué ante el irreverente manantial
de tus ojos, anillos de espinas, y me llevaban
del suburbio a la arena, del sortilegio al oráculo.
Sí, ven ahora, y deslízate, como el amaranto de tu falda
sobre el alomado paisaje de tu cuerpo.
Ya verás, un día de estos despertaremos
con el fuego apagado, que no muerto,
y durmiendo sobre el amor.












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