jueves, 31 de julio de 2014

Rafael Lozano: "Aforismos" (3)



Obra de Salvador Dalí






Aforismos (3)

  • Si la desilusión matara, pocas serían las personas que seguirían viviendo.
  • Nos creemos ya de vuelta cuando aún no hemos emprendido el camino.
  • La diferencia entre vivir y ser vivido sólo es cuestión de interpretación y semántica.
  • En este mundo enloquecido, el loco es la única persona cuerda.
  • Las rayas de las fronteras, son el hambre. Los puntos, las balas con las que alimentan a los estómagos vacíos.
  • ¿Queda algo a la vuelta de una esquina?
  • El camino más corto entre dos puntos es la línea recta, aunque nada se dice de si es el más válido.









lunes, 28 de julio de 2014

Begoña Abad: "¿Y si el día no fuera?



Obra de Nicoletta Tomas







¿Y si el día no fuera?


¿Y si el día no fuera
un perro mojado de rocío?
Pudiera ser un perro
tumbado tripa arriba
en la solana de tu sonrisa
o tal vez lamiéndote los ojos.
Me gusta que el día
se adentre en mí
como tu voluntad se abre paso
entre mis pechos
y ancla, después,
como un barco sin rumbo,
entre mis muslos
que se abren como una ensenada
en medio de la mayor tormenta
que nos habita hoy.









jueves, 24 de julio de 2014

Rafael Lozano: "Planos"





 Obra de Jeannette Woitzik




Planos



Sus ojos aún tienen las huellas que ha dejado el nocturno sueño; el pelo, de bucles rubios, cae sobre la arrugada frente y le oculta  las diminutas orejas; sobre los labios, el fuerte frío de invierno ha marcado pequeñas grietas verticales que hacen dificultosa la articulación de la boca a esta temprana hora. 
Así es el aspecto que todas las mañanas recibe  a Miguel al despertar del reparador sueño. Pronto levantará la mirada en dirección a la ventana  para hacer el rutinario reconocimiento del tiempo: esta noche ha llovido y la calle se encuentra embarrada y con algunas lagunas al fondo. Las paredes de las casas que, desde su posición,  consigue ver, chorrean humedad y por la danza continua que mantienen los árboles, deduce que sopla un fuerte viento. Automáticamente, se incorpora del borde de la cama donde se encontraba sentado, se aproxima lentamente a la ventana, descorre el pestillo, abre las hojas acristaladas y asoma la despeinada cabeza haciendo una breve inspección del cielo;  los nubarrones grises que ferozmente  ocultan el disco dorado presagian que el nuevo día será malo: hoy tendrá   que volver a cargar nuevamente con el paraguas y el chubasquero.





lunes, 21 de julio de 2014

Ana Rossetti: "Qué será ser tú"



Obra de Oswaldo Guayasamin






Qué será ser tú


Qué será ser tú.
Este es el enigma, la atracción sobrecogedora de conocer,
el irresistible afán de echar el ancla en ti, de poseerte.
Qué será la perplejidad de ser tú.
Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.
Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y, con tus ojos verme.
Qué será percibir que yo te ame.
Qué será, siendo tú, oírmelo decir.
Qué, entonces, sentir lo que sentirás tú.








jueves, 17 de julio de 2014

Rafael Lozano: "Cojeando"





Obra de Abraham González Pacheco






Cojeando


Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo. Era la hora del día que prefería. Me mezclaba entre la chiquillería sorteando toda clase de adversidades y, entre restos de bocadillos y pedradas que me lanzaban, buscaba la recompensa que tan penosamente se me resistía. Hay días en que, como hoy, sólo he recibido tres puntapiés en las costillas y un paraguazo en la cabeza, pero a cambio, uno de los niños me ha pasado la mano por el lomo y me ha rascado la mandíbula inferior. ¡Guaauuu! Y es que,  para un chucho callejero, más que al dolor físico, es el hambre de afecto lo que tememos. 










lunes, 14 de julio de 2014

Amalia Bautista: "Hilos de seda"



Edward Hopper




 

Hilos de seda

 


Pensaron que era la paciente esposa
de un héroe
La que espera noche y día
tejiendo y destejiendo
La que ignora que nunca vuelve
el mismo que ha partido
Y solo soy una maldita araña

Siempre creí que solo las palabras
salían de mi boca, y que eran ellas
las que lograban aplazar mi muerte.
Hoy sé que de mi boca sale un hilo,
transparente y tenaz como un insomnio,
que te ha atado a mi vida para siempre 

Llevo casi mil noches fabulando,
me duele la cabeza, tengo seca
la lengua y agotados los recursos
y la imaginación. Y ni siquiera
sé si me salvaré con mis mentiras








jueves, 10 de julio de 2014

Rafael Lozano: "El camino"





Obra de Claude Monet




El camino




El camino parte de la vieja y abandonada aldea minera: seis casuchas semiderruidas, con sus respectivos corrales,  reciben al visitante nada más bajar del autobús. De una de las calles traseras, encajonada ya en las primeras cuestas del macizo, parte el camino que serpentea sobre la loma de un cerro que dificulta la marcha e impide la visión del paraje idílico que esperamos encontrar. De vez en cuando es menester hacer un alto en la marcha para reponer fuerzas en uno de los numerosos manantiales que nos regala el lugar. Una vez superado el obstáculo, el camino se relaja por un valle que abre los brazos en actitud de acogimiento, y avanza, paralelo, junto a unas inutilizadas vías férreas, hasta llegar a lo que, en su tiempo, fue la estación donde se cargaba el mineral que se extraía en la zona. Desde este viejo edificio hasta la finalización del trayecto, poco recorrido le queda; a esta altura, el camino abandona la herrumbrosa compañía de las vías y finaliza, bajando una última e inclinada pendiente, al borde de un disciplinado pantano.











lunes, 7 de julio de 2014

Luis Mateo Díez: "Un tesoro"





Obra de Sandro Chio




Un tesoro 


Viajé a la pequeña ciudad donde nació mi mujer una tarde de febrero.

Iba a cumplir una de esas últimas voluntades que uno asume con más conciencia del dolor y la memoria que de la necesidad de hacerlo, todavía contagiado por la emoción de aquella ausencia que el tiempo no lograba paliar.
Rosa quiso, y estoy seguro de que era una especie de capricho derivado de aquellas obsesiones finales que tanto la asediaban, que buscase una medalla en un preciso rincón del patio de la escuela donde habían transcurrido muchos recreos de su infancia.
Es curioso que alguien pueda detallar con tanta exactitud el lugar de un diminuto y trivial tesoro perteneciente a un pasado personal tan remoto, que en esos momentos tan graves de la enfermedad fatal sobrevenga el recuerdo de un suceso infantil que posiblemente no volvió a brotar nunca hasta ese instante.
Debajo de un ladrillo, en el sitio exacto, estaba la medalla enmohecida. Tembló en mis dedos mientras logré limpiarla y descubrir el rostro indeciso de una Virgen.

-¿Qué haces...? -dijo alguien a mi espalda. Una niña coja con un cabás en la mano izquierda me miraba con gesto severo e indignado.

-¿Por qué me la robas? – repitió.
Tendía la mano derecha con decisión y apenas sin reaccionar deposité en su palma la medalla.

Desde entonces me he sentido despojado de la memoria de mi amor por Rosa y me voy convenciendo, con gran dolor, de que más allá de la desgracia de haberla perdido está la desesperación de presentir que nunca fue mía.

La dueña del tesoro huyó por el patio y desde las aulas se escuchaba como un turbio rumor el canto de multiplicar.









 


jueves, 3 de julio de 2014

Almudena Guzmán: "Si todo esto cambiase"



Obra de Salvador Dalí






Si todo esto cambiase 

 

 

Si todo esto cambiase, 

si me dijera usted, de pronto, que me ama, 

yo ni me detendría para hacer la maleta. 

 

Huiría luchando contra el miedo a la costumbre
de su cuerpo.











lunes, 30 de junio de 2014

Rafael Lozano: "Alpinismo"


 
Obra de Edgar Degas
Obra de Edgar Degas

 

 

 

Alpinismo

 



Desde que entendí que morir entre tus piernas producía los mismos  efectos positivos que escalar una empinada cima, decidí reconvertirme en un empedernido alpinista del sexo.










jueves, 26 de junio de 2014

Ada Salas: "La casa"



Obra de K. Madison Moore



La casa


La casa que abrigó tu corazón
será una ruina. Furtivos
en la noche
la habéis abandonado.
Oscura en el jardín la tierra removida.
Quise
decir traición

y dije llanto.






lunes, 23 de junio de 2014

Caro Fernández y Leo Mercado: "Machismo"




Obra de Francesco Albani






Machismo



Si hubiese sido Adán el que tentara a Eva a probar la manzana, seguramente permaneceríamos en el paraíso.






jueves, 19 de junio de 2014

Rafael Lozano: "En brazos de ella"




Obra de Edvard Münch




En brazos de ella


Después de tanto pelear y reírme de la muerte,
heme aquí, al final, en brazos de ella.

¡Haz de mí lo que te plazca!












lunes, 16 de junio de 2014

Julio Llamazares: "La lentitud de los bueyes" (15)





Obra de Albert Aublet French







La lentitud de los bueyes



15


Cuando vuelvas a casa, te explicaré el sonido del sol entre los fresnos y el sabor de los panes más antiguos.

Te llevaré en silencio hasta un lugar de brezos.

Te mostraré la gruta helada del deseo donde se esconden treguas verdes y hogueras esparcidas, y tú serás, bajo mi vientre, como sangre mordida.

Entonces, desgranaré en grumos azules el silencio.

Mi voz es vieja (y tú lo sabes) como campana colgada del vacío. Mas no hallará paredes despobladas donde ocultar sus ecos más profundos, ni habrá viñas agraces sembradas en su asombro.

Porque, ya para entonces, la mansedumbre habrá brotado como vinagre vertida sobre el sueño, y no habrá quien reclame los surcos desolados de tu ausencia.

Cuando vuelvas a casa, te explicaré el rumor de las ortigas en la sangre.



("La lentitud de los bueyes", ediciones Hiperión 1988)








viernes, 13 de junio de 2014

Víctor Lorenzo Cinca: "Cacería"




Obra de John Koch






Cacería



Subes un poco la persiana y la luz que entra por las rendijas va moteando la desnudez de tu piel. A los pies de la cama te transformas en guepardo. Oteas la llanura, paciente y tranquila, en busca de un ejemplar joven y vulnerable, y descubres junto a la almohada el ovillo de mi cuerpo. No hay escapatoria. De nada va a servir correr en esta sábana tan extensa. Relampagueas hasta mi cuello y me abates de un mordisco. Puedo ver esas lágrimas de tizne que se deslizan desde tu ojos. Hay quien dice que son para protegerte del sol, aunque yo creo que solo son ruinas de tu maquillaje. Arrastras mi cuerpo hasta un rincón de la cama para evitar que los carroñeros te arrebaten la presa. Resuellas, muerdes, succionas, arrancas, gimes. Aprietas, asfixias, despedazas, tragas. Terminado el festín huyes en busca de un lugar sombrío. La digestión será lenta y pesada. Para ambos.







martes, 10 de junio de 2014

Rafael Lozano: "Aforismos" (2)




Obra de Edvard Munch








 Aforismos (2)
 

  • El blues es la música que creó el hombre negro para adormecer los dolores del alma.
  • Como Norteamérica nos cogía algo lejos, en Andalucía, para ahuyentar la pena, ideamos la Seguiriya y la Soleá, dos tipos de blues con compases arábigos.
  • Queremos cambiar el mundo, cuando somos incapaces de cambiar, siquiera un poco, el que tenemos más cercano.
  • Quizás –en su inconsciencia-, el ser humano sea el animal más irracional que pisa la tierra: es el único capaz de matar sin sentir hambre.
  • La tristeza es una telaraña emocional que coloca la diosa Alegría en nuestras vidas, para que jamás osemos olvidarla. 





jueves, 5 de junio de 2014

Iván Rafael: "Aún hay un muro"




Obra de Bohumil Kubista





Aún hay un muro


Aún hay un muro
cayendo aún.

Y el clamor de los aplausos,
aún,
saliendo de entre los escombros.





domingo, 1 de junio de 2014

Rafael Lozano: "Palabras como pájaros"




 Obra de Jeannette Woitzik



Palabras como pájaros


Las palabras son como pájaros: en cuanto abres las ventanas salen volando. El problema surge después, cuando las necesitas, pues sin ellas, uno es incapaz de articular nada que sea entendible para los demás, y, a veces, corremos el riesgo de ahogarnos. Cuando las palabras faltan, sentimos un gran vacío en nuestro entorno, y, aunque para estar en silencio, para los grandes solitarios, en ocasiones resultan harto incómodas por su negativa a quedarse quietas, las palabras, las malditas y adorables palabras, son insustituibles por nada.
A cierta edad es tanta la acumulación de ausencias que una más, se hace insoportable. Cuando ves que te faltan, que te esquivan, que juguetonas, trastabillan por el corredor o bajan las escaleras a la pata coja, uno no puede evitar sentirse aprensivo ante su distanciamiento. Luego, por las noches, cuando crees firmemente que las sorprenderás dormida junto a la biblioteca, descubres con error que no han venido a dormir y, muerto de celos, la imaginas coquetas en los labios de otro o al borde de la estilográfica de un joven gramático.
Entonces, te derrumbas, estrujas tu espalda contra el viejo respaldo de la butaca, buscando en un vaso de güisqui el consuelo que necesita el alma. Te cuesta aceptar que todo haya acabado, que a partir de hoy el silencio sustituya el retumbar de sus carambolas acrobáticas, y vuelves a rebuscar en los armarios, en las estanterías, pero lo que ves te aterra mucho más que la marcha del día: los libros, los folios antes emborronados, los tarros de cristal, las cajitas de galletas, todo, todo está vacío, ni un garabato siquiera como despedida.
Y el pobre derrotado, el hombre maduro al que todos y todo abandonan, abre la puerta de la casa, respira el frío helado de enero que pasa por delante de su casa y, en un gesto desesperado, mira al cielo raso lleno de estrellas, anhelando que llegue pronto su serpiente y lo lleve a los confines de los planetas, allí -le han dicho- el mundo está lleno de palabras fieles y armoniosas, llenas de luz y coloridos, dispuestas a todas horas -no importa la estación ni el estado de ánimo- a prestarse para lo que uno disponga.
La palabra es un sortilegio, un continuado deseo, un tesoro esquivo, un ardiente amor, un insufrido anhelo, que una vez que ha conseguido penetrar en tu cuerpo, te domina, te amolda, te perfila, haciéndote su más servil esclavo.
Ya no puedes vivir sin palabras, el mundo, sin ellas, resulta confundido y silencioso; sin ellas, ni vivimos ni existimos: ¡estamos tan hechos a ellas!         










miércoles, 28 de mayo de 2014

Araceli Esteves: "Escalera de vecinos"


 
 
 
 
 
 
 
Escalera de vecinos
 
Martita gritaba todo el tiempo, pero sobre todo a la hora de la cena. Sus bramidos arrancaban de pozos profundos y negros, trepaban por el patio de luces y se mezclaban con el crepitar de las frituras y el parloteo de las cazuelas. El padre cuidaba de ella, le daba de comer y la limpiaba. Por las noches cuando la ataba para que no se lastimase, ella empezaba a aullar. Tenía 20 años o 40, nadie lo sabía con exactitud. Sólo que era hija única de una mujer que murió al parirla. El padre había llegado con ella hacía unos años y apenas tenía contacto con los vecinos. Era un hombre delgado y silencioso que caminaba con la cabeza gacha, como si sus pensamientos pesaran y fuera incapaz de sostenerlos. Martita formaba parte de la banda sonora de la escalera. De día los gritos de Martita, de noche sus aullidos. Una tarde cesaron los quejidos y el piso quedó muerto. Un silencio denso como engrudo se pegó en las paredes de la escalera. Hasta que en casa empezaron a escucharse extraños lamentos. Sobre todo por las noches. Primero eran murmullos suaves, asordinados. Ahora ya son más fuertes y constantes. A veces me sorprendo con ellos agarrados a la garganta. Mamá se acerca temblando. Sólo me calmo cuando me llama Martita.
 
 
 
 
 

domingo, 25 de mayo de 2014

Rafael Lozano: "Haikus" (2)




Fotografía de Katja Maasing





Haikus (2)


Puedo confesar,
que nada hay tan grave
que vivir sin ti.

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Seamos coherentes:
lo que ayer ocurrió
fue un espejismo.

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Intentando querer
olvidamos los días
de desamor.

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Bella pintura
tu rostro reflejado
en la ventana.

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Después de todo,
para nada sirvió
que lo intentáramos.

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Somos culpables
de todo lo que hicimos...
y del silencio.

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Amor, cariño,
díme qué puedo hacer
sin tus abrazos.

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Los sueños son
las sombras delatoras
de nuestros deseos.

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