jueves, 17 de octubre de 2013

Horacio Quiroga: "Los faros remotos"


 

 

 

 

Los faros remotos

 



Te había arrojado al mar; y en aquella noche de luna, tan propicia para los raudales de lágrimas, te ibas alejando de la orilla en el féretro en que había escondido tu cuerpo. 
Avanzabas lentamente. Con el reloj en la mano, los minutos que iban tras de ti eran eternos, la medianoche estaba próxima; y bajo la gruta marina que iba a absorberte, una mortuoria claridad de basalto acogía el reflejo azulado de tu ataúd. 
De pronto, la noche se oscureció y dejé de verte. Ibas a desaparecer. Entonces, levantando en las tinieblas mi brazo que oscilaba de delante hacia atrás, a guisa de faro remoto, brilló la piedra de mi sortija. Y bajo la tempestad que caía sobre nosotros, el fuego sombrío del rubí atrajo lentamente tu ataúd. 






2 comentarios:

  1. Tiene el sello inconfundible de Horacio Quiroga y es hermoso . El rubí, un elemento magistralmente empleado.
    MUCHOS BESOS.

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