martes, 16 de abril de 2013

Juan Cruz López: "Eran las cuatro de la mañana"








Eran las cuatro de la mañana



Eran las cuatro de la mañana.
Estaba sentada en el sofá,
la cara hinchada, el pelo revuelto,
los ojos
casi cerrados.
Tenía en la mano
un paquete de galletas.
-Soñé que te morías -dijo,
y noté que había llorado.
La cogí de la mano
y la llevé a la cama.

A la mañana siguiente,
justo al despertar,
extendí mi mano y comprobé
que ya no estaba.
Se había ido al trabajo.
Entonces recordé
el sueño, mi mujer
sonámbula,
sentada en el sofá,
presa de una angustia ciega,
y sentí de golpe
el peso de su ausencia.

La amaba tanto que pensé
que había cosas peores
que la misma muerte. 






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