sábado, 11 de abril de 2015

Alberto Rodríguez Tosca: "Las vidas tranquilas del dolor"
















LAS VIDAS TRANQUILAS DEL DOLOR



Vienen y van como cometas perdidos en una galaxia enemiga. Arden en la fragancia de los trinos y no se comprometen si no con sus propias estelas de agua. Son las vidas tranquilas del dolor. La calma chicha de la sangre agujereada por alfileres de seda. La fuente. El puente. Una estación para sembrar pequeños botones de bocas cerradas. El silencio no es humano. Lo alquilan en la tierra para falsificar la gloria de los dioses. Pero si callas hoy mañana te será dado un reino de noches sin culpas y devuelta la devoción por la música de los desiertos. No soy digno de decir lo que digo. Pero la madrugada será larga y nadie llamará para decir que no soy digno de decir lo que digo. Una cerveza, un ánfora, una foto, un perro, un vaso, un puerto, una tumba de más, una conversación con las estrellas y un país. Así transcurren las vidas tranquilas del dolor. Entre un cuerpo que tiembla y una ventana por donde alguna vez se fugó el día.












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