sábado, 8 de septiembre de 2012

Manuel Rivas: "Primer amor"










Primer amor

Gaby, Gabriela, es mayor que yo. Creo que mucho mayor. Me lleva, por lo menos, dos años. Después de tanto tiempo, no esperaba encontrarla en la aldea, en Aita, pero allí estaba, sentada lánguidamente en la bancada de piedra de los Brandariz, entre dos tiestos de geranios.
-Hola.
-Hola.
-¿Qué tal?
-Bien. ¿Y tu?
-Bien. Muy bien. Bueno, fatal.
En realidad, era mucho mayor que yo. Tres años, quizá.
-Estás muy delgada.
-Tu también estás muy delgado.
Llevaba una falda larga y tenía los pies desnudos. Eran unos pies grandes, de hombre.
-Estuviste fuera.
-Sí.
-A lo mejor yo también me marcho.
-¿Ah, sí?
-Sí. Voy a marcharme. Estoy pensando hacer un viaje. Pero muy lejos, ¿sabes? A Australia o a un sitio de ésos –digo yo.
-Sería fabuloso.
-Sí, casi seguro que me voy a Australia. Un amigo mío tiene allí a sus padres. Se hizo radioaficionado y habla con ellos por la noche.
-Yo estuve en Barcelona, ¿sabes? Viví con gente y así.
-Ah, Barcelona, claro. Nunca he hecho un viaje, ¿sabes? Me gustaría hacer algo importante. Australia, o algo así.
-Debe ser alucinante. Tan lejos.
-Mi amigo dice que si hiciéramos desde aquí un agujero que atravesara toda la tierra, saldríamos a Australia. ¿Qué tal en Barcelona?
-Bien. Bueno, regular. Mal.
-Mi amigo me regaló un reloj. Te despierta con la música de Cumpleaños Feliz. Happy birthday to you. También tiene la hora de Tokio, y de Londres, y de Nueva York. Y puedes anotar teléfonos y guardarlos. Es como un ordenador. Mira, mira, fíjate.
-¡Oh, qué bien, es fantástico! ¿Sabes? Yo tengo una hija.
-¿Una hija?
-Sí, ¿quieres verla?
Y me invitó a pasar, sonriendo, como si le doliera sonreír.





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