INMENSIDAD DE LA NOCHE
En
medio de la noche surge a veces
una
pregunta, y la noche se agranda,
y
es inmensa la noche hasta la angustia.
Como
un barco sin luces, silencioso,
surca
así nuestro cuarto tanta sombra
que
parece sin límites el mundo.
Nos
rodea el vacío, es agua oscura
más
densa aún que la sangre. Nada se oye,
tan
sólo un chapoteo de hondo cieno
allá
en lo más profundo de esa agua:
es
nuestro corazón. Pero la noche
no
cesa de crecer y ya es un ojo
de
insoportable desnudez que mira
nuestro
terror. Y es esa la pregunta,
y
la noche lo sabe y mira entonces
(sólo
a veces) el desvalido ser
que
somos, con ternura, y vuelve el sueño.
Y
la infinita gruta que es el universo
de
nuevo resplandece.
(De “Espejos”, Pre-Textos, 1991)
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