TODA LA DICHA CABE EN UNA LÁGRIMA
Fortalecido
en la traición, el cuerpo
contempla
un día la frustrada huella
de
la felicidad, fuego engendrado
en
cautelosa nieve, donde sólo
perviven
ya rescoldos, momentáneos
delirios,
rebeldías, simulacros
de
desnuda agresión. Estéril
el
olvido, toda la dicha cabe
en
una lágrima, toda la culpa
en
un recuerdo.
Así la carne yergue
su
gastada mentira hacia el perdido
rastro
de la verdad, emblema despiadado
de
lo que se puede poseer,
pasión
que muere cuando está naciendo.
(De “Selección natural”, Ediciones Cátedra, 1983)
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