jueves, 10 de julio de 2014

Rafael Lozano: "El camino"





Obra de Claude Monet




El camino




El camino parte de la vieja y abandonada aldea minera: seis casuchas semiderruidas, con sus respectivos corrales,  reciben al visitante nada más bajar del autobús. De una de las calles traseras, encajonada ya en las primeras cuestas del macizo, parte el camino que serpentea sobre la loma de un cerro que dificulta la marcha e impide la visión del paraje idílico que esperamos encontrar. De vez en cuando es menester hacer un alto en la marcha para reponer fuerzas en uno de los numerosos manantiales que nos regala el lugar. Una vez superado el obstáculo, el camino se relaja por un valle que abre los brazos en actitud de acogimiento, y avanza, paralelo, junto a unas inutilizadas vías férreas, hasta llegar a lo que, en su tiempo, fue la estación donde se cargaba el mineral que se extraía en la zona. Desde este viejo edificio hasta la finalización del trayecto, poco recorrido le queda; a esta altura, el camino abandona la herrumbrosa compañía de las vías y finaliza, bajando una última e inclinada pendiente, al borde de un disciplinado pantano.











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