EL PRECIO DE UNA CENA EN CHEZ MAURICE
Descargamos
los bultos.
Te
enseño varias fotos, un recorte.
Digo
algo de tus muebles
y
sacamos los trajes de las bolsas.
Atrás
las cartas rubias, el calor de un azufre.
Por
delante lo eterno:
la
sonrisa de un hada que pugna por raptarte,
la
noche aparecida
como
una colcha larga de silencio.
Subimos
al tejado,
encendemos
la hoguera del principio.
Yo
decido quemar ciertos poemas
que
estallan en magnesio, como un retrato antiguo.
Somos
niños
en la
mañana azul de nuestra fiesta
y
usamos como copa un clarinete.
Pero
llega la hora del encuentro.
Todo
ha quedado fuera, el cielo incluso.
Temerosos
de que alguien nos observe
decidimos
quizá cerrar la puerta.
Decidimos
quizá casi besarnos.
El
miedo es casi siempre un color verde.
(De “El precio de una cena en Chez Maurice”,
Algaida Editores, 2007)
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