LA HUÍDA
Yo
mismo desprecié cuanto deseo y amo.
Sin
darme cuenta quise alejarme de todo
para
vivir a solas el miedo de esta casa.
Muy
tarde he comprendido que de nada me alejo
si de
ti me separo, pues eres sangre antigua
que vive
dentro y calla, y sin ti nada soy.
Tras
el rumor del aire queda el aire en la rama.
Solamente
contigo, de mí, yo estoy a salvo.
(De “Una extraña ciudad”, Editorial
Renacimiento, 1990)
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