PERO SUCEDE
No
sabemos por qué, pero sucede.
Una
niña perdida vuelve a casa.
Llueve
y llueve en mitad de un gran desierto.
El
cielo se abre en dos, y nos acoge.
Los
muertos nos susurran al oído.
Un
testigo prefiere la verdad
al
dinero o la calma. Un ambicioso
rechaza
la injusticia provechosa.
En
una celda inmunda, un pobre diablo
se
niega a delatar a un compañero.
Una
mujer y un hombre –o bien dos hombres,
o dos
mujeres- se aman hasta el fin.
Y una
familia entera, en la cámara
de
gas, se abraza y da gracias al Dios.
(De “Pero sucede”, Editorial Renacimiento,
2010)
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