LO FATAL
Fata ducunt, non trahunt
A veces me sorprendo escribiendo
un poema
que, una vez escrito, me levanto,
cojo un tomo y resulta
que tenía ya autor.
“Mala suerte”, diría
cualquier original de esos que
inventan
el mundo a cada hora.
Pero a mí me sucede lo contrario.
Que me hace feliz si encuentro
que coincido
con aquellos poetas que contaron
mi destino, mi amor, mi
desconsuelo.
Lo de menos es que se equivocaran
en algunas palabras, en pequeños
detalles.
(De “Medidas provisionales”,
Ediciones Renacimiento, 2004)
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