TENDIDOS
Llueve,
y amo.
Jadean,
en extendida sombra,
dos
sombras vivas, hozan la nada,
y en
ella se alimentan.
Son
jirones de luz,
y a
su luz se ven ojos, muslos, cabellos,
mientras
la sombra se extingue hacia más sombra,
y el
reposo en las sábanas
de
las furias del cuerpo
es el
agradecimiento de quien ha de morir,
y sin
pedir la vida, la vida le desborda
hasta
negar la muerte miserable,
la
herrumbre de los cuerpos aún vivos
y las
sombras ya huecas de los muertos.
(De “Poesía completa”, Tusquets Ediciones,
1999)
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