PERSEGUIDO
Sé que, tarde o temprano, vendrás,
aunque te huya.
Oigo ahora tus pasos
por las estrechas calles de esta
ciudad de bruma.
Aunque yo no lo advierta, tú ya
estás esperando.
¿Y de qué servirán mis fingidas
excusas?
(De
“Una extraña ciudad”, Editorial Renacimiento, 1990)
La única manera de escaparle a la muerte que conozco son letras tan bellas como las que aquí compartes con todos nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo y todo mi agradecimiento,Manuel.
Fer
Hola dulce María. No hay forma de huir del destino . ESTA ESCRITO.
ResponderEliminarMuchos besos.
¡Buen fin de semana !