AL FIN Y AL CABO
Al fin y al cabo,
somos
como ese cigarrillo que acabas de
fumarte.
La vida nos apura poco a poco
dejando en la calada
inconsciente, con que pasan
estos años,
el gusto adivinable de otro
tiempo:
Mitad ceniza.
Mitad silencio.
Mas todo queda
pendiente de esa luz que aún
palpita
sobre los ceniceros,
ascua rebelde que resurge
como un sueño caliente entre las
manos:
Sabiéndose ceniza,
sabiéndose silencio.
(De
“Café”, Distrito Sur Ayuntamiento de Sevilla, 2002)
Será por eso que aún no logro dejar de fumar...
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel: gracias!
Fer