martes, 30 de junio de 2015

Vicente Gallego: "El aprendiz de faquir"









EL APRENDIZ DE FAQUIR




Ha oscurecido en esta habitación
donde paso mis tardes
contemplando la tarde, procurando
atender los caprichos del dolor,
construyendo con él una cama de espinas
donde adapto mi espalda
como un joven faquir que va aprendiendo
a gozar con el daño.
Porque es el dolor una emoción,
como lo es la alegría y, si sabe cuidarse,
nos ofrece otro fruto de sabor muy intenso:
esa extraña limosna de placer
que se oculta en la pena.




(De “La plata de los días”, Visor Libros, 1996)






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